viernes, 23 de agosto de 2013

Más fotos...

Otra pequeña muestra de las fotos que podéis encontrar en la exposición; ¡sólo quedan tres días más para poder disfrutarlas!.



Abril del 1968, primer reconocimiento al Aneto; Hospital de Benasque en ruinas, hoy en día restaurado y conocido como Llanos del Hospital
Primer intento al Aneto por los ibones de Coronas, octubre de 1972; de izquierda a derecha: Pep Cartañà, Blai, Toni, Pepe, Antonio y Jordi.

Paso de Mahoma (1969), Antonio en primer término









Primer intento, junio de 1968; de izquierda a derecha Javier, Carlos y Pep Cartañà

miércoles, 14 de agosto de 2013

MEMORIAS DEL ANETO (1968-2013); Exposición de fotos acerca de mis "paseos" por el Aneto

En la cima del Aneto, julio de 1969, Jaume, Luis, Pepe, Gabriel...


 Tendrá lugar del Lunes 19 de agosto al domingo 25 de agosto de 19:30 a 21:00, en el centro cultural del ayuntamiento de Castejón de Sos (Huesca). El día 19 se inaugura la exposición a las 20:00 con una charla-coloquio a cargo del autor, con el título: Pirineísmo y cultura. También haré la presentación de mi libro:"Pasión por educar la libertad".

"Presentación del Aneto", por Freddy y Pepe.
 En esta nueva exposición de fotos pretendo relacionar aspectos educativos y el deporte de montaña, concretándose en este caso en mis ascensos al Aneto. No en todos los intentos de subir al Aneto se ha hecho cumbre (17 veces de los 23 intentos). No son competiciones lo que aquí se expone sino el ejercicio deportivo para el aprendizaje de valores. Esto es eficaz si la teoría y la práctica van de la mano. Es más, con frecuencia hay que aprovechar las oportunidades para vivir los valores que hay que enseñar. Luego se puede perorar sobre los mismos si se quiere.


Aproximación al Aneto, abril de 1968, Luis, Agustín, Mariano, Diego...


Las subidas al Aneto han sido ocasión para inculcar valores que se convierten en virtudes humanas con la práctica. Lo importante no es el Aneto en sí mismo, el éxito conseguido, ni la competición, etc. sino la persona. De estas virtudes destaca en primer lugar la amistad, como eje que aúna todas las demás en la práctica del montañismo, y después la deportividad.
El día 25, domingo, a las 20:30, tendrá lugar la clausura con un breve resumen de lo que ha sido esta experiencia.

Josep Catañà Pons.

sábado, 10 de agosto de 2013

VICTORIOSO REGRESO A LA GRAN FACHA (3.006)


Hace un año relaté la dantesca noche del 4 al 5 de Agosto –‹‹Tempestad en el valle Wallon-Marcadau››, ver Por la tartera de la Vida, mi blog. Mi mujer y yo tuvimos que regresar, entonces, a Plateau des Puntes (Cauterets) sin poder, siquiera, empezar el bello e inacabable sendero que conduce al collado de la Facha por la parte de Francia y que, desde allí, asciendes a la Gran Facha, un modesto 3000, modesto solo por los pocos metros que supera a 3000 -3006-, pero coloso en cuanto a sus exigencias trepadoras.
También iba con nosotros Hildegard, amiga y vecina nuestra en Castejón de Sos. Pero ella pasó el infierno de aquella noche en el refugio de Wallon. Este año no ha podido venir. Me despedí en aquel relato así: ‘volveremos el 2013. Nos esperamos unos a otros’.
Antes de seguir escribiendo el itinerario que conduce a la victoriosa ascensión a la cumbre expongo un pequeño fragmento del artículo de D. Pedro Estaún publicado en el Heraldo de Aragón el jueves 1 de agosto pasado:

‹‹Todos los años, el 5 de agosto, tiene lugar una reunión de montañeros españoles y franceses en la Gran Facha, un pico que supera los 3000 m de altitud, fronterizo de estos dos países. Este peculiar encuentro tiene su origen en un accidente ocurrido en 1941, cuando cuatro montañeros franceses alcanzaron esta cima. En el descenso Maïte Chevalier tuvo una aparatosa caída de la que se salvó ‘milagrosamente’. Como consecuencia de ello acordaron: ‘El próximo año regresaremos y colocaremos en la cumbre una imagen de la Virgen como señal de agradecimiento’...››. Este encuentro se ha estado repitiendo durante más de setenta años. (Los amigos de la Facha)



Así pues, empezamos nuestra caminata –este año se nos unió a mi mujer y a mí la familia Bofill-Janer, con sus tres hijos- por la mañana del día 4, domingo este año, y aunque el horario en Plateau de Puntes (1450) indica 2h 30m, necesitamos cerca de 4 h para llegar a los llanos de Wallon (1860). No así Joan, Mireia, Marc, Pol, Sandra y una amiga que superaron el trayecto en mucho menor tiempo. Somos ya mayores y vamos muy cargados. Aunque la diferencia de altura sobrepasa algo los 400 m, el desnivel acumulado supera los 500 m. A la mañana siguiente, salimos a las 6 h en punto y tardamos otras 4 h hasta el collado (2660), con un desnivel acumulado de 825 m. El tiempo ‘normal’ suele ser 3 h. Superamos los neveros sin tener que utilizar los crampones, gracias al surco dejado por los muchos montañeros que pasaron antes que nosotros, especialmente nuestros amigos que tardaron una hora menos en llegar al collado, dónde nos encontramos con más españoles procedentes del refugio Respomuso y de Panticosa.


Faltaba la arista. La iniciamos sin estar convencidos de poder llegar arriba; hacia las 11:30 nos cruzamos con Joan, Marc, Pol y Sandra que ya bajaban; Sandra, a sus 9 años consigue su primer tres-mil y ¡qué tres-mil! Y coronada ‹‹dama de los Pirineos››, mediante la ceremonia que allí arriba todos los años tiene lugar.


Sin embargo gracias a qué conocíamos el relieve (2009) y a la buena forma física de mi mujer llegamos también nosotros dos a la cima en 1h 50 m y con un desnivel acumulado de 420 m. Eran las 12:10. Allí agrupados como pudimos y con ‘patio’ por todos lados se concelebró la Santa Misa, presidida por D. Jesús Sanz, arzobispo de Asturias, por todos los fallecidos en la montaña.


Bajamos en 1h 30 m hasta el collado y luego otras 4 horas hasta el lugar del vivac. El día siguiente, 6 salimos muy de mañana y necesitamos también 4 horas hasta Plateau de Puntes, parking de Pont d’Espagna. Resumiendo, cerca de 19 horas y 2025 m de desnivel acumulado. Ha sido una gran victoria. En otras ocasiones comentaremos más detalles acerca de lo humano, divino y deportivo que implicó esta singular experiencia.


Josep Cartañà  (5 de agosto de 2013)